Libros como objetos obsoletos.
Definitivamente los tiempos han cambiado y se generan cascadas de cambios en nuestra sociedad. Con la reducción de espacio en las casas modernas y la televisión desplazando la lectura como entretenimiento entre otras causas, se vuelve casi imposible encontrar un librero práctico. Ya alguna vez comente que ordenar los libros es muy complicado porque no guardan una linea forma-contenido que los vuelva armónicamente decorativos (todo queremos). En otros tiempos resultaba una inversión importante para la clase media el comprar enciclopedias y las clases mas acomodadas muchas veces sólo las compraban para lucirlas.
Mis papás fueron de la idea de que tal vez la única herencia que se puede dejar a los hijos es la educación y por lo menos a mi hermana y a mí nos lograron como ávidos lectores, aunque los cuatro hermanos manejamos bien la información escrita. Muchas veces tuve que enseñar a compañeros de escuela a usar las enciclopedias de su casa, mientras (no es por nada) yo las conocía de pe a pa, porque ni por error las hojeaban (tal vez por lo costosas que eran en esa época los padres los condicionaron demasiado). La aparente poca eficiencia de los libros como medio de almacenaje de información en tiempos de la enciclopedia interactiva en CD-ROM los ha vuelto obsoletos.
Todavía acostumbro cargar un libro en la mochila para avanzarlo mientras espero el autobús y confieso que mis favoritos estan por el momento en casa de mis padres o en cajas en el closet (lector de closet, eso es un concepto nuevo!), porque todavía no tengo un lugar apropiado para ellos, lo mismo que mis apuntes y todas las fotocopias de nuestras carreras que mi media naranja y yo decidimos conservar como referencia, en carpetas de argollas de 1 1/2"; los álbumes fotográficos y varias publicaciones relevantes (incluyendo mis comics de colección).
No tengo computadora en casa y mucho menos un casa de tamaño suficiente para tener, además de los muebles típicos (sala, comedor, etc) modernos muebles diseñados exprofeso: centro de entretenimiento, centro de computo y librero. Como este conflicto es común los fabricantes ofrecen un mal llamado librero, que sencillamente no es para libros. Recorriendo mueblerías descubrí que muchos no estan dispuestos a aumentar un estante más, y nos miranban con cara de asombro como diciendo: entonces donde van a poner la TV?. Muchos han escrito sobre la descortesía y mal gusto de tener la TV en la sala o estancia, pero para muchos las pulgadas de la pantalla de la TV y los Watts de salida del estéreo son símbolos de su superioridad. Mi media naranja me ha puesto al tanto del bajo nivel escolar de los vecinos. Muchos son llanamente analfabetas y los que si saben leer no lo hacen con regularidad, por lo que no les interesa tener a la mano libros. Aunque confieso que sí compre TV y DVD nuevos(soy Dominio y soy teleadicto), el librero era prioritario. Ahora seré considerado todavía más excéntrico en el barrio por tener libros en casa y a disposicion de quien este interesado, no como los objetos de museo en que se han convertido, en lugar de una vasta colección de DVD y CD piratas, decorada con las figuritas que salen de regalo en la bolsitas de caramelos, pan y botana o los "recuerditos" (dignos de otro post) de las bodas y quince años.
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