Tuesday, May 04, 2004

De vuelta a clases...

Me refiero a las que solía impartir. En realidad el nombre más correctas son asesorias academicas ó regularizaciones. Cuando un chamaco no entiende a sus maestros o va a presentar un examen de admisión , como en este caso, le doy clases para que se ponga al tiro.

Desde que empece a hacerlo por negocio, hace ya un par de años descubrí que me gusta hacerlo, que trae muchas satisfacciones y que le ayuda a uno mismo a superarse, analizando (criticando también) a mis alumnos. Incluso desarrollé mi propia teoría del aprendizaje, que expondré en alguna mejor ocasión.

Lo que quiero decir ahora es que me sorprendió un nuevo descubrimiento antropológico (no, no me fuí a un antro) que hice. La verdad es que creo que nunca me voy a dejar de sorprender por el tipo de personas que conozco, o lo que conozco de ellas cuando se convierten en mis alumnos.

Este tipo (+20 años) es el clásico gandalla listillo, bravucón y presumido. Es inteligente, eso siempre lo he sabido, pero es una inteligencia del barrio, no se si me explique, mas de vivillo. De hecho sacó ficha para el exámen de admisión del Tecnológico Tunero casi casi confiado en que nada más era suficiente con ser el mismo, como si siempre hubiera sido más listo que los demás (esa es la diferencia entre ser listo -Sagaz, avisado- y ser inteligente -con capacidad de entender o comprender,con capacidad de resolver problemas ).

Yo he tenido mucha paciencia con el desde que lo conozco, aunque si he pasado mis buenos corajes. Mi prenda amada quería que lo humillara demostrándole que no lo sabe todo, pero no puedo hacerlo por ética profesional. Además últimamente no he tenido ánimos de discutir, las discusiones me aburren porque sé que la mayoría de las veces es totalmente inútil, y no se gana nada. Pasaría lo mismo, no importa que le hubiera dicho que su bachillerato tecnológico era insuficiente para enfrentar un examen de nivel superior, él no me hubiera creído.

E igual que con las discusiones inútiles, casi siempre terminan dándote la razón. Me halagó mucho la plática que tuvimos despues de su más reciente clase.

-Inge, ¿a que se debe que unos bueyes le entiendan a las matemáticas y otros no? ¿Son más chingones que uno?

Aqui fué donde se dio cuenta que no es mejor en todo que yo, y pude ver como su cerebrito llegaba a esa conclusión.


Definiciones proporcionadas por RAE

0 Comments:

Post a Comment

<< Home