Saturday, May 20, 2006

2.-El ocaso
En las neblinas de la memoria se dibujan unos seres como hombres, feroces y salvajes que habitaban los montes. Fueron una imagen tan lejana que no se recuerdan en ninguna leyenda, de las pocas que se cuentan todavia. Andaban medio desnudos, vagando en busca de comida. Cuando no hallaban que cazar, atacaban a quien tuviera algo de comida. Gruñian mas que hablar y se imponian a golpes entre ellos, pero eran cobardes en el fondo. Eran maliciosos por naturaleza, arrebataban lo que deseaban y cuando la fuerza no les era suficiente contra sus rivales los atacaban a traicion. No les temian a las fieras de los montes, solo a las tormentas, especialmente a los rayos.

Cuando los verdaderos hombres se asentaron, les temieron un poco al principio y se mantenian ocultos de ellos, pero codiciaron lo que tenian. Pronto les hicieron la guerra ,pero eran sololo brutos y al poco los hombres los arrojaron lejos.

Fue el fin de su era y el comienzo de la era del hombre. O al menos eso creyeron los que indagaron el origen del hombre. Mucho me temo que el hombre no sucediera a las bestias en el dominio del mundo, sino que las bestias le sucedan a él.

En este mundo han transcurrido muchas eras. Y conforme transcurrian el entendimiento de los hombres y sus riquezas crecían, le fueron envenenando. Su ambición se transformo en codicia y en lugar de ser grande por lo que lograba y construía, su vanidad era poseer más que su vecino, así hubiera que quitárselo a la fuerza. Fué perdiendo todo lo que lo separa de las bestias, incluyendo el habla y en bestia se torno. Su furia acabo por destruirlo todo y solo quedo la esperanza de que los verdaderos hombres regresaran y lo construyeran todo de nuevo.

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