De la moral y otros defectos.

Resulta que el martes mientras Telerisa transmitía el constructivo y provechoso concurso de Srita. TableDance (que por otro lado bien podría ser el concepto mas sincero y sencillo de los concursos de belleza, así Lupita Jones no tendría que ser como Hugo Sánchez, el único que ha triunfado internacionalmente en una cuestión mas bien banal; así en lugar de los desfile en traje de noche -porque no dicen vestido de gala?-, o de traje típico -que siempre parecen salidos de un show de las Vegas- las chicas que compiten por ser el icono de la belleza femenina no bailan y se deslizan sensualmente en un tubo exprofeso), escuchaba con mi familia y mi suegra la emisión radiofónica de "La mano peluda", cuyo concepto no deja de parecerme un poco mas sano que otras versiones comercializadas del folklore. En ese programa se retoma la tradición de contar historias de miedo, o mejor dicho, anécdotas en la que los protagonistas no pueden dar una explicación racional a lo que vivieron.

Si un día yo sueño que me habla mi fallecida abuelita y me dice que me levante porque el techo me va a caer encima, me despierto sobresaltado y voy al baño para aliviar mi noche, cuando súbitamente se desploma el techo de mi recamara, pues entonces llamo durante la emisión y lo cuento para que todos los radioescuchas sientan el azoro de que nos vigilan desde el mas allá. Digo hasta este punto pues es una forma tradicional de recreación, lo queramos aceptar o no. Sentir miedo es divertido. Malo cuando mi abuelita me dice en el sueño que nos levantemos y a mi se me olvida despertar a mi esposa, o cuando el techo que se desploma es el del baño.

Claro que a ultimas fechas llaman al programa para decir que están poseídos, o para preguntar como se pueden esconder del abonero del infierno que ya viene por la liquidación del contrato que hicieron con Satanás, pues como que va perdiendo interés. Máxime (es correcto?) cuando toman cadenas de correo electrónico donde advierten los mensajes ocultos de las canciones.

Tal fue el caso de la noche en cuestión, incluso tocaron la canción en reversa para mostrar los mensajes "ocultos". Se trataba de "Mesa que mas aplauda" , sin duda un tema de moda. Que supuestamente el estribillo no son palabras al azar, escogidas por su rítmica fonética, sino que son palabras de un dialecto olmeca que significan: "666 Satán 6". Prometo investigar mejor la historia de México, pero hasta donde se Olmeca significa artesano y muy pocas culturas prehispánicas tenían una divinidad maligna que pudiéramos equiparar con el Demonio de la tradición Judeo Cristiana.

Yo no creo que repetir 666 me condene o invoque al Demonio, si tengo miedo de enfrentarme con una entidad Paranormal agresiva o francamente maligna y también de perder mi alma. Pero no por eso voy a dejar de divertir e incluso de burlarme de los demonios, porque es una forma de ganar confianza contra las adversidades. Prefiero combatir el monstruo de la ignorancia y la injusticia, e incluso el de la violencia, la pereza y el temor que habitan en mi.

Y también es cierto que como sociedad dejamos que muchas cosas sobrepasen las fronteras que les habíamos opuesto. No esta mal que haya TableDance o espectáculos para adultos. Esta mal que los saquemos de sus propio escenarios y de que los enaltezcamos, esta mal que los niños lo vean como un juego y esta mal que neguemos que como sociedad les quitamos a muchas menores su infancia y que se les enseño que exhibirse e incluso prostituirse era la forma de sobrevivir. Pero la forma de evitarlo no es TRATANDO DE FOMENTAR EL MIEDO (ya lo intentaron con la de "Aserehe", o como sea!, de las Ketchup). Eso es retrogradismo, es lo que los religiosos de la colonia trataron de hacer. Es la fábula de la manzana de Adán y Eva, el miedo provoca mas curiosidad. Por eso nadie toma en serio a los lideres religiosos, porque hay mojigatos que les hacen el favor de poner en ridiculo a quienes tratan que la sociedad no destruya sus valores. Por cierto si ven a Catholic Girl saludenla de mi parte y diganle que la estrañamos con el Phinneas.

Ya me encarabone (Buenas noches Catón , donde quiera que estés)