Descanse en paz
En la primera semana del año murió un tío de mi media naranja. Como su familia es pequeña con el tiempo han valorado más a sus parientes lejanos y viceversa.
hacía poco que Don Ricardo insistió en encontrarse con mi suegra y en las escasas ocasiones que podían venir desde la huasteca yo no los había podido conocer. mi media naranja solo les había mostrado las fotos de la boda y me cuentan que Don Ricardo opinó de mí: "se vé cabronzón". Eso indica que le causé buena impresión, y significa mucho viniendo de un hombre mayor que en un chequeo de rutina le detectaron que ya había pasado por dos infartos.

- Y eso como se siente?
- De varios modos, por ejemplo como una presión en el pecho. Que no sintió nada?
- ah! yo pensé como que no podía repetir...
- y que hizo?!
- Pos me tome un mezcal

Nada más pude hablar con él en dos ocasiones: un sábado que nos invitaron a comer y cuando nos avisaron que ya estaba muy enfermo. Me impresionó mucho ver como en un par de meses las quimio se lo acabaron. Quedó bien flaquito y casi no se le entendía al hablar. Pero pudo disfrutar todavía una ultima navidad con sus seres queridos y de ver el inicio de un año más, con la satisfacción de una vida plena, y de saber que aunque dejara este mundo, habría quien lo preservara al menos en parte como él lo había conocido y amado. Es un logro difícil de alcanzar.

Un tiempo a mis papás les atemorizó el que se fuera extinguiendo su grupo de amigos, algunos mas jóvenes que ellos. A veces no es tanto el miedo a morir sino a que el mundo como lo conocímos termine y nos quedemos solos sin un lugar donde encajar.

Yo le temo a envejecer, a perder facultades y sobre todo a morir olvidado, sin dejar alguna huella. Don Ricardo me demostró que eso se puede evitar.